La mejor manera para darle el sello distintivo a lo que realizamos de forma electrónica, es contar con una identificación que respalde nuestra identidad y de seguridad a los archivos que efectuamos. Esto es posible si tenemos en nuestro ordenador una firma electrónica.
El proceso es similar a una carta o texto redactado que finaliza con la estampa de quien lo crea y divulga. La firma electrónica consiste en datos registrados que se conjugan para permitirle a quien emite un archivo, identificarlo oportunamente.
Tener una firma electrónica nos permite avanzar en darle autenticidad a todo lo que hacemos en un ordenador, desde textos hasta sistemas informáticos avanzados. Todo lo que se emite queda identificado, por tanto el contenido se hace original y puede contar con la seguridad de su trato y ubicación base.
Quienes poseen este dato digital no pueden contradecir lo realizado, ya que, se configura una identidad que no permite equívocos a la hora de reconocerle como tal. Por tanto, una firma electrónica es objeto de ley, establecido en varios estamentos que sancionan su necesidad y prevén sus rasgos positivos.
Por todo esto, si eres de quienes buscan ser reconocidos por su labor, lo mejor es aspirar a tener una firma electrónica en nuestro ordenador. Para ello será oportuno conocer cómo obtener una, identificar como saber si en verdad se posee ya y a la vez conocer dónde buscarla.
El primer paso: un certificado electrónico
El certificado electrónico, se trata básicamente de datos digitales codificados que resguardan la identidad de quien lo porta. Éste respalda de forma legal la autenticidad de la firma electrónica.
Para obtener una firma electrónica lo primero a realizar es obtener un certificado de la misma naturaleza. Para poder tener un documento de este tipo debemos referirnos a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, la cual en su portal web nos ofrece la posibilidad de obtenerlo.
[adinserter block=»1″]En el portal oficial nos ubicamos en la sección de configuraciones avanzadas y acceder al sistema de registro. En el apartado de persona física, conseguiremos la segunda opción que nos concede la solicitud vía Internet del certificado. Paso siguiente será llenar el formulario con los datos solicitados y confirmar en nuestro correo electrónico la solicitud realizada.
Confirmado el correo, debemos ubicar la oficina más cercana a nuestro domicilio, concertamos la cita en el día y hora establecido por medio del sistema. Acudimos a la cita y consignamos los datos de identidad personal y serie del DNI adjuntado. El responsable deberá informarnos la activación del certificado solicitado y nos quedará tan solo, acudir nuevamente al portal de la FNMT y descargarlo.
Consideraciones del certificado electrónico
Una vez realizado el proceso de solicitud de un certificado electrónico, podemos tener la duda sobre su activación y pertenencia. Lo que debemos ajustar es que, una vez descargado el certificado en el portal de la FNMT revisar la configuración del sistema de Internet.
Cuando nos ubicamos en el portal y descargamos el archivo, podemos ver una casilla con la opción de Activación, optando por ella deberá salir un mensaje emergente con el número de certificado o la identidad de su portador, acompañado de un mensaje que respalda la activación y no caducidad del mismo.
Es necesario saber que algunos programas de exploración de Internet aplican distintos criterios para la activación de un certificado electrónico, por tanto hay que buscar los requisitos mínimos de cada sistema para su uso efectivo, teniendo en cuenta los criterios de configuración y las políticas de uso.
[adinserter block=»7″]Con el certificado electrónico activado podemos recurrir a realizar distintos procesos en la web. De esta forma podemos realizar la identificación de la firma electrónica que nos dará el justo realce de la identidad del emisor de contenido.
El uso de la firma electrónica
Como hemos visto el paso de obtener el certificado electrónico es absolutamente necesario. Sin él no se puede procesar la firma electrónica, ya que éste primero es la base de la segunda. Con todo ello, la activación es efectiva conforme se considere los criterios de cada ordenador o software de Internet.
Con la activación de la firma electrónica por medio del certificado, podemos hacer uso de ella en distintos momentos y ante diferentes instituciones. Ya sea en declaraciones legales y tributarias como el pago de impuestos a tiempo, tramites con estamentos municipales, realización y conformación de censos y el trámite de subvenciones del estado.
También, es posible usar la firma digital cuando requerimos, ante una instancia o institución dejar nuestra estampa en documentos, formularios, reclamos, solicitud de recursos y envío de contenido escrito en distintos formatos.
Evidentemente el uso responsable de la firma digital confiere garantía y autenticidad en los procesos, confiere validez de ley ante lo que formulamos, permite a las partes entrar el conocimiento positivo de la identidad de cada cual y nos imprime un mejor uso del tiempo, el cual no queda limitado a trasladarnos a las oficinas y efectuar todo tramite en cuestión de minutos.
[adinserter block=»5″]Estampar la firma digital
La firma electrónica se basa en un algoritmo matemático. Lo conforman dos cifras encriptadas, una de ellas es de dominio público, la otra de uso privado. La confirmación de dicha firma se hace comparando ambas, ya que solo son descifrables si ambas son correctas. Por ello la identificaremos claramente como un serial numérico.
Para establecer nuestra firma electrónica en un documento, proceso o trámite podemos hacer uso de ciertas aplicaciones para su estampa. El ministerio de hacienda y administración pública pone a la orden de los usuarios AutoFirma, la cual se encarga de estipular dicha información de forma veraz.
Algunos ordenadores y sus navegadores utilizan la aplicación de ciertos complementos para hacer funcionar las herramientas instaladas. En el caso de la firma electrónica, teniendo el certificado, debemos buscar el complemento que más se adecua al sistema y acceder al mismo cuando tengamos la necesidad de usar la firma registrada. Para conocer la autenticidad de una, podemos usar ciertas aplicaciones como VALIDe para considerar su originalidad.
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