Cómo saber qué tipo de piel tengo

La piel es el tejido que cubre todo nuestro cuerpo. Por la importancia que esta tiene, por su belleza y su delicadeza, es muy importante que cuidemos de ella.

A continuación, te ayudaremos a conocer tu tipo de piel y cómo cuidarla de una forma eficaz. Por ejemplo, si sabes que tienes piel seca, debes usar humectantes con más frecuencia para mantenerla lo más sana posible.

 

¿Qué tipo de piel tienes?

Hay cuatro tipos de pieles: La piel normal, la seca, la grasa o también llamada seborreica y la mixta. También existen las pieles sensibles, aquellas que reaccionan con facilidad ante agentes externos. Que sea de un tipo u otro va a venir dado por la genética, mayormente. Sin embargo, nuestra piel puede variar según otros factores, como el paso de la edad o la aparición de enfermedades crónicas que la condicionen.

Otras formas de cómo saber tu tipo de piel

A continuación nombraremos cada tipo y sus características de una forma breve y concisa.

Piel normal

Está en pleno equilibrio. También llamada piel eudérmica, no se observa que tenga demasiada grasa ni que esté demasiado seca. A pesar de esto, no debe faltar ningún tipo de cuidado, ya que con el paso del tiempo puede evolucionar a ser seca.

Características de una piel normal:

  • Es suave al tacto y los poros son muy poco visibles.
  • Es una piel sin imperfecciones visibles.
  • Está bien hidratada, y permite adaptarse bien a distintas temperaturas y concentraciones de humedad. Así, puede combatir bien las agresiones contra los rayos solares y contaminación.
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Piel seca

Las mujeres sufren más de esta condición que los hombres. De hecho, el motivo de un 40 % de las consultas en dermatología se centra en este tipo de piel. Es una piel que se siente reseca.

Este tipo de cutis puede perder la humedad por la transpiración. El estrés, la actividad física y el calor pueden potenciar este proceso. Como resultado de la falta de sebo, la piel seca no cuenta con las grasas necesarias para poder retener la humedad.

Características de este tipo:

  • aspereza al tacto y perdida de suavidad.
  • Tez apagada u opaca, incluso con manchas rojas.
  • Aparición de ardor o picazón con mucha frecuencia. Incluso, puedes notar pequeños rasgos prematuros de envejecimiento, como pueden ser las líneas de expresión.
  • Fácil enrojecimiento y falta de flexibilidad.

Piel grasa

Es una forma dérmica característica de etapas en el cambio hormonal. También, la producción excesiva de sebo se puede dar por medicamentos y cosméticos que propiciar este tipo de piel.

A veces, el sebo se secreta en exceso cuando tienes muchas glándulas. Esto es lo que se denomina como una hipersecreción sebácea. En estos casos, el cabello también puede verse de la misma forma.

En muchas ocasiones aparece acné leve, una cantidad importante de barros en la cara, el cuello, los hombros, la espalda y en el pecho.

Síntomas que se tienen en este caso:

  • Muchos puntos negros o espinillas.
  • Observas brillos en todo el rostro.
  • Poros dilatados y ensanchados.

Piel sensible

Uno de los tipos más complejos y que necesitará de un cuidado exhaustivo. Es muy importante saber bien que cosméticos son aptos para ella, ya que puede reaccionar muy fácilmente ante cualquiera de sus componentes.

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Puede localizarse en cualquier parte del cuerpo (incluso en su totalidad), aunque es en el rostro donde suelen manifestarse más los síntomas. Es importante que acudas a un profesional cuando detectes este tipo de piel, ya que te enseñará a cuidarla y mantenerla sana.

Para algunas personas, la piel sensible es una condición muy compleja de tratar. Cuando las barreras fisiológicas de la piel son muy finas y permiten que penetren agentes externos extraños, es cuando más se produce.

Tienes piel sensible si:

  • Notas que se irrita con extremada facilidad al utilizar cosméticos, o aparece enrojecimiento, picor o ardor en determinadas localizaciones del rostro.
  • sobresalen alteraciones ante determinados cambios de temperatura o de clima.
  • Aparecen lesiones casi de forma espontánea o sin conocer causa alguna.

 

Cómo saber cuál es tu tipo de piel

La mejor forma de saber qué tipo de cutis tienes y protegerla adecuadamente, es consultando con un dermatólogo de confianza.

La prevención de muchas enfermedades vinculadas dependerá del cuidado que proporciones. Y sobre todo seguir las pautas y consejos para hidratar la piel que nos indiquen en cada caso y según el tipo de piel que tenemos.

Existen cientos de productos para el cuidado dérmico con derivados de plantas, frutos y derivados químicos, pero lo cierto es que con un diagnóstico erróneo, corremos el riesgo de dañarla seriamente.

Como vimos anteriormente, no todas las cremas son para todas pieles, existe un tratamiento que se adecúa a cada una. Es por eso que para mantener su belleza y salud por mucho tiempo, es importante saber todo esto.

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